Este tema se suele centrar en los fraudes de los científicos, pero también son una población expuesta a fraudes específicos.
Seguramente lo más habitual es el molesto spam científico. Es muy fácil para las empresas interesadas hacer perfiles detallados de sus víctimas, a fin de cuentas en las publicaciones figura el nombre, correo electrónico y temas de interes del autor. Con ello se preparan correos muy personalizados, en los que se ofrecen cosas que suenan interesantes. Este spam lo realizan desde empresas muy series (las editoriales de las revistas más reputadas) hasta príncipes nigerianos en versión científica, pasando por casi todo.
Un caso de engaño molesto es el de los congresos que imitan a los de verdad pero que en realidad carecen de estándares científicos mínimos y son un puro negocio para los organizadores. En ESTE artículo del New York Times se habla de ellos.
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