sábado, 30 de abril de 2011

La carrera de un científico

Desde el primer momento en esta asignatura (en este blog) ha quedado claro que la carrera profesional dedicada a la investigación comienza con el doctorado, un proceso mezcla de ceremonia de iniciación y acreditación profesional (como el que se saca la licencia de pesca o el carné de conducir camiones). Los siguientes apartados, temas (categorías del blog) se han dedicado a cuestiones útiles para la actividad investigadora en si misma,  pensando sobre todo en la realización de la tesis. Llegamos al final y es momento de asomarse a lo que puede uno esperar una vez obtenido el doctorado.

Lo primero que surge a la hora de considerar las etapas iniciales de la carrera de un científico es una ola de pesimismo muy importante. Y es una pena, porque la creatividad científica no es independiente de la edad, y tiene en esos momentos de juventud su punto álgido (ver ESTA reflexión sobre el tema y la historia de Kelvin). Es habitual continuar la formación que supone el doctorado con una estancia postdoctoral (o postdoc), tanto que hay convocatorias específicas al respecto. El postdoc se realiza en un lugar diferente del doctorado, típicamente en el extranjero. En el postdoc se puede producir un conflicto entre la conveniencia de dedicar tu tiempo a publicar cosas pendientes de la tesis, y dedicarte al nuevo proyecto. Sobre ese conflicto escribió un doctorando en Nature y lo recogió Francis AQUI (está traducido casi toda la nota del original).

Lo habitual es que ese período sea muy productivo, formativo e interesante... pero en muchos casos es el comienzo de la pesadilla que supone no poder volver. A esto hecho se le suele denominar "fuga de cerebros". Sobre la fuga de cerebros salió un reportaje en El País semanal allá por el 2004, ahora no lo encuentro en la red, pero en MiAulario está AQUI. La dificultad de encadenar puestos de trabajo precarios (becas, contratos), temporales y mal remunerados da lugar a historias personales tristes, como las recogidas en este "calendario". Respecto de lo mal pagados que están los inicios en esta actividad podemos ver por ejemplo ESTA entrada. La verdad es que los inicios de cualquier carrera profesional no están mucho mejor pagados hoy en día, pero eso unido a la necesidad de encadenar posiciones diferentes hace de los comienzos en la ciencia una auténtica ginkana. En estos tiempos de crisis especialmente fuerte (Abril 2012), la cosa se ve especialmente mal; El País publicaba hace unos días sobre la precariedad de los jóvenes científicos ESTO.

Sin embargo, la preocupación por el acceso a la carrera científica no es en absoluto nueva, podemos ver un artículo que publicaba Ángel Pestaña en El País en 1991 en el que vaticinaba que muchos becarios no iban a encontrar destino, o este otro trabajo de Carlos Sánchez (también de los primeros 90) en en que es especialmente interesante el análisis de las empresas como destino de los investigadores... quizá inviertan el 50% de lo que se gasta en I+D+i, pero no contratan personal específicamente formado para la tarea en absoluto.

En resumen podríamos decir que el sector privado no existe (apenas) y que el sector público está saturado. Y esta saturación genera además unos comportamientos estratégicos cuando menos "llamativos": cada plaza que sale ha sido "peleada" internamente por alguien, y se ha conseguido para otro alguien (discípulo del primero). Independientemente de lo que diga la ley al respecto, las plazas salen con un destinatario concreto en la inmensa mayoría de las ocasiones, como puede verse en ESTE estudio. Esta endogamia (que es como se llama al asunto) es especialmente importante en la Universidad, pero también los OPIS pecan de lo mismo. Las personas que se quedan fuera del sistema critican la endogamia de forma feroz (no sin razón, por cierto), sin embargo los que se han beneficiado de ella (digamos que prácticamente todos los que estamos dentro) tienen visiones más indulgentes, cuando no niegan absurdamente la existencia del fenómeno, que también los hay. En todo caso, un mercado laboral no saturado, con diversidad de posibilidades e itinerarios sería el entorno saludable que acabaría con todo tipo de comportamientos estratégicos, más o menos perniciosos, en este sector. O al menos eso pienso yo, claro.

¿Cómo está la formación de doctores en otros países? Pues parece que es un momento de incertidumbre en todas partes (salvo en China, probablemente). En EEUU hay una corriente que se empieza a plantear que el sistema de conseguir el doctorado es medieval y poco eficiente; además es inútil para salidas fuera del circuito puramente investigador. Sobre esas cosas ESTE texto de ,como no, Francis. Un repaso más sintético, pero muy interesante a un grupo de países se puede leer en ESTA entrada de Aitor Ameztegui, que curiosamente usa la misma figura para ilustrarlo.

Puede que la lectura de toda esta información tan pesimista deje el ánimo bastante minado. Tampoco es malo. Si uno va a continuar con la tesis doctoral y quiere dedicarse a esta profesión conviene que lo haga desde el realismo.

La figura que ilustra esta entrada está tomada de AQUI, donde Eulez repasa su visión de la carrera científica, en un tono crudo. Son interesantes también los comentarios.


(Entrada actualizada, realmente, el 12 de abril de 2012)

Después del doctorado hay opciones

http://www.agenciasinc.es/Reportajes/La-vida-despues-de-la-ciencia
Además de la carrera típica, (descrita en otra entrada de este capítulo) con el postdoc, y demás etapas haca un puesto académico fijo en la universidad o un OPI, hay otras opciones.

En esta pieza de la agencia SINC se comentan opciones postdoctorales, entrevistando a personas que han seguido esas carreras. Una visión un poco más positiva que otras de las que hay en este capítulo.


viernes, 29 de abril de 2011

Creación de empresas innovadoras de base tecnológica (EIBTs)

Desde el punto de vista de las posibilidades de continuar la carrera de un científico se suele incluir la creación de su porpia empresa. Es razonable que un descubrimiento científico o desarrollo tecnológico tenga valor comercial, y nadie mejor que su propio descubridor para sacrle el máximo partido. Otra cosa es que, probablemente, la explotación del descubrimiento pasado aparte al científico de la carrera como tal, dado que parece imposible compagnar ambas cosas. En todo caso, como salida profesional es algo a considerar. Socialmente se considera muy positivo y ha habido diversos programas de ayuda para el lanzamiento de estas iniciativas. En tiempos de escasez económica la mayoría quedan en buenas intenciones, pero algo es algo.

A continuación está la presentación de Julene y Josu sobre el tema:



lunes, 25 de abril de 2011

¿Para que sirve un doctorado?

En la puerta del laboratorio donde hice mi tesis estuvo pegado mucho tiempo un artículo que se titulaba "Formar becarios ¿para qué?" que venía ilustrado con una gráfica terrible que evidenciaba que el crecimiento en el número de becas que se ofrecían desde el sistema público no iba acompañado de un incremento análogo en puestos permanentes, creándose una bolsa de expectativas que iba a ser imposible de cumplir. Por cierto, a la empresa privada, a pesar de que según las estadísticas realiza más del 50% del gasto que se hace en I+D+i, en este asunto no aparece (ni se le espera).

Ahora, 20 años después, una serie de artículos en Nature se plantean el mismo tipo de dudas sobre la formación de doctores, que si no se aprovechan, que si el sistema de formación, calificado de medieval, no está ajustado a las demandas actuales, que quizá la formación sea demasiada hoy en día... La referencia a estos artículos está en ESTA entrada de "La mula Frnacis" junto con el análisis personal del autor (y de sus comentaristas). Una lectura muy recomendable. También sobre los mismos artículos Aitor Ameztegui hace una lectura distinta, más centrada en el comparación entre países en ESTA entrada.

Nota: Lo que se cuenta en esta entrada, y los texto a que se refiere, está ya en la anterior (12 abril 2012)

viernes, 15 de abril de 2011

La juventud y la creatividad

No todos los momentos de la vida son igualmente creativos. Aunque se pueden hacer (y de hecho se hacen) contribuciones importantes a la ciencia hasta edades muy avanzadas, los ideas verdaderamente revolucionarias surgen en la juventud, en un pequeño margen de edades entre que se tiene suficiente formación y que esta se ha asumido tan plenamente que no permite ideas rompedoras.

Sin embargo la profesionalización de la ciencia, la existencia de una carrera con un montón de etapas iniciales dificulta mucho el aprovechamiento de ese momento de máxima fecundidad. Sobre este asunto, verdaderamente bien contado, este artículo de Sánchez Ron.


Los ganadores del premio Nobel, en promedio, se van haciendo más mayores. Tanto que si la tendencia continúa, en un siglo más se cruza con la esperanza de vida... o sea que ya no podrá haber premios Nobel. La gráfica procede de un estudio sobre la edad de los ganadores de los Nobel publicado aquí.