sábado, 3 de diciembre de 2011

La observación, algo más complejo de lo que parece

Uno de los elemnetos del método científico es la  observación. Hay que observar fenómenos para buscar regulridades que llevan a proponer hipótesis. En los esperimentos que realizan también hay que observar lo que ocurre. Solemos tener una idea un tanto ingénua de lo que significa observar, pensando que recogemos la información externa igual que lo haría una grabadora o una cámara de vídeo, con unas lomitaciones de sensibilidad y ancho de banda, pero poco más. Sin embargo la observación está enormemente mediatizada por por la expectativa. Antes de continuar, veamos algunos vídeos que, si no  los conocíais de antes, resultan verdaderamente sorprendentes:


(Hay otras versiones del experimento aquí o aquí, es un cásico ya, hay cientos)


Vale, podemos pensar que es que esto ocurre porque son situaciones especialemnte preparadas para engañar, pero que normalmente no ocurre esto. Nada más lejos de la realidad, toda nuestra percepción está mediatizada por expectativas, incluso por los posicionamientos filosóficos de partida con los que uno se enfrenta a las cuestiones científicas. Un excelente ejemplo de esto lo encontramos en la historia del descubrimiento de electrón. Tanto Thomson como Kaufmann hicieron los mismos experimentos con los rayos catódicos, Kaufmann con más precisión, pero su planteamiento filosófico le impidió postular que ahí había una partícula elemental. La historia completa muy bien contada AQUI, en Naukas por @Omalaled.

¿Qué podemos aprender de todo esto? Supongo que conocer los sesgos y sus mecanismos psicológicos ayuda un poco a prevenirlos (aunque desde luego no los elimina). En uno de los textos recomendados de este tema sobre este asunto dice "un científico sin su cuaderno de laboratorio está fuera de servicio", haciendo referencia a que hay que tomar nota, hay que intentar registrar todo lo que se pueda en el momento que ocurre. Seguro se te escapan gorilas, pero la costumbre de anotar, y de intentar anotar todo, hace que se te escapen menos. También con ello evitas la erosión que supone la memoria. Lo apuntado sí que queda tal cual, mientras que lo memorizado sigue siendo manipulado por deseos, expectativas y demás sentimientos, haciendolo quizá más significativo personalmente y más bonito, pero menos fiable como información científica.

Respecto de cómo tomar notas de forma adecuada, no es nuevo el invento del "cuaderno de laboratorio", que no es más que un cuaderno común rellenado siguiendo unas instrucciones sencillas pero precisas. En la figura siguiente se muestra la portada de los cuadernos de laboratorio de una empresa (de la que he borado el nombre), ojo a las instrucciones (incluso el título daría para hablar un rato). El cuaderno me llega a través de una estudiante de la edición 2012/13 del curso.



Es obvio que las fechas en este blog son falsas, están trucadas para mantener un óden temático de las entradas. Esta está escrita realmente en abril de 2013

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